Carlos, la mujer desesperada. Parte II

Diario del doctor Bob
Día x mes x del 200y

Un martes en la noche cuando un paciente tocó la puerta de mi despacho, había sido un largo día y ya no estaba dispuesto a recibir a nadie más. 
No recuerdo haber sentido más asco en toda mi vida como el que sentí al ver ese horrendo ser, pero trate de mantener la compostura.

Ella me dijo que le ayudara con su “gran” problema.

Por supuesto que no pude aguantar más, por lo que vomité.
Tuve que aceptar o si no no se iría de mi consultorio.
-Está bien, acepto ayudar, si no, no te irías de mi consultorio y pues que asco.

El ser horrible estaba tan confundida que empezó a llorar de la felicidad; naturalmente, accedió a darme $250,000 en efectivo.
Esta dama parecía un pequeño gorila, solo que con menos pelo.
Al revisar su cuerpo, noté que tenía una figura muscular “con grades y largos músculos”, procedí a realizarle unos análisis y me teoría de que era hombre fue falsa, resultó ser que tenía cromosomas que me indicaban lo contrario a su “gran problema”.
Le salía vello en lugares donde una mujer no debería tener.
Descubrí que esta mujer no ovulaba, pues su aparato reproductor femenino estaba ausente.

Llegué a la conclusión de que Carlos necesitaba hormonas para su problema físico, y antidepresivos para su problema mental.
La cité cada mes para ver su progreso, solamente descubrí que este caso sería muy complicado.

   

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